Este sitio tiene una serie de monumentos rupestres budistas de los siglos II y I, así como un conjunto de cuevas mucho más amplias y con muchos ornamentos que datan del periodo gupta (siglos V y VI d.C.). Las pinturas y esculturas de Ajanta son obras maestras del arte búdico que han ejercido una influencia considerable en la producción artística ulterior, los muros interiores de las grutas están cubiertos por pinturas al fresco de calidades diversas. Algunas de estas pinturas no poseen fechado sin embargo un estudio de los motivos representados permite tener una idea bastante aproximada de su periodo de concepción y así clarificarlos cronológicamente.
Los pigmentos que utilizan son en su mayoría minerales locales especialmente seleccionados por su resistencia a la humedad y a la cal, y abarcan una amplia gama de colores (cinco rojos, múltiples sienas y cuatro amarillos) y verdes; el azul, escaso, se toma del lapislázuli; el blanco, siempre muy luminoso, se consigue del caolín o de concha triturada, y el negro, del carbón. Según el Silpa-Sastra Vishnudharmottaram, un número ilimitado de colores mezclándolos con la imaginación y las emociones
Además, aunque los colores son planos, la forma adquiere una gran plasticidad gracias a un contraste de colores y a un volumen, rayado muy leve como líneas de una hoja.
Ajanta grutas de AJANTA IMÁGENES
LILIA ENRIQUEZ MORENO